“Filo etarras”…escrache para todos.

No soy una persona violenta…pero me resulta cansino ver y escuchar como tertulianos y tertulianas de izquierdas y de derechas, quieren dar ejemplo de “civismo” y buenas costumbres, juzgando a quienes ya no tienen nada que perder. Aseguran “simpatizar” con la causa y “empatizar” con los afectados, al tiempo que reprochan a la plataforma sus acciones con frases tan hipócritas como manidas del tipo “el fin no justifica los medios”, simpatizan desde la distancia, la distancia de una causa ajena, la distancia que da, comer tres veces al día, tener un trabajo, ir más o menos bien vestidos y tener un techo bajo el que dormir. No me gusta la violencia de ningún tipo, pero me pregunto ¿qué haría yo en caso de tener hijos comiendo en cáritas, sin trabajo y punto de perder mi casa? Tal vez todos llevemos un “filo-etarra” dentro, escondido esperando a salir si las circunstancias lo demandan, y se da el caldo de cultivo necesario. Puede que las formas de “Stop desahucios” sean más o menos acertadas pero en cualquier caso, no tenemos autoridad moral para juzgar a los que se atreven a “señalar con el dedo” a aquellos que tienen en su mano cambiar una ley injusta para todos. ¿Acaso seriamos nosotros ciudadanos ejemplares si estuviéramos desahuciados y sin nada que perder? Mientras vemos como unos nos hacen “la Peineta”, otros pronuncian frases como “que se jodan” y abogados del diablo hablan de la “injusta pobreza “de un estafador con aires de nobleza. Quizás deberíamos dejar de creernos mejores personas que los que hacen “escrache”, porque a ellos  ya no les queda nada que perder en cambio nosotros aún tenemos mucho que reclamar y deberíamos ir en “masa” a señalar con el dedo a todos los “condenados” e “imputados” por casos de corrupción, tanto de izquierdas como de derechas, para que se les caiga la cara de vergüenza y sean ellos los que tengan que salir del País y devolver hasta el último céntimo robado, estafado o despilfarrado en mega-construcciones. Sin embargo aquí estamos con nuestra conducta ejemplar, señalando con el dedo en la dirección equivocada, porque nos creemos ciudadanos de primera…pronto no nos quedará mucho que reclamar.