Sin ánimo de entrar
en debate sobre la existencia o no de Dios, algo que en realidad no me preocupa
pues soy defensora a ultranza del libre pensamiento y que cada una “haga de su
capa…un buen disfraz de Superman si le da la tela”. Me sorprende la noticia del
día y las declaraciones de “Monseñor” Rouco Varela amenazando con recortar el
dinero destinado a Cáritas en caso de tener que pagar el IBI de los bienes
inmuebles que posee la iglesia. Ejemplo singular el suyo sobre la “caridad”
cristiana.
En un País donde
cada vez llueven más “Hostias” que panes, junto con alguna que otra “galleta”
aderezada de bastante mala leche, con pocas bendiciones y muchas maldiciones,
se nos pide constantemente un “esfuerzo” común de austeridad para salvaguardar
el bache de esto que llamamos “crisis” y que no es más que fruto de una estafa
generalizada. Querido “Monseñor” no soy feligresa temerosa de “Dios”, temo a la
Santa Madre Iglesia, su poder político, su corrupción y su doble moral. Ésta
Usted muy lejos de transformar el “agua bendita” en agua potable para África y
mucho más lejos aún, del milagro de los “panes y los peces”. Con todo tienen,
la desfachatez de pedirnos que marquemos la casilla de “Por tantos”, tal vez
quisieron ustedes decir, “Por tontos”. No sea usted falso y métase su soberbia por donde le quepa, “ La Santa Madre Iglesia” contribuye con
Cáritas en un 0,81% aproximadamente del total de su financiación, el resto mi querido
“Monseñor” proviene de Fondos Privados, donaciones y Fondos Públicos procedente de las diferentes
administraciones españolas y europeas. ¿Qué
debemos hacer el resto de los mortales para acogernos al tratado que se firmó
en 1979 con la Santa Sede? Tal vez transformar el salón de casa en una réplica
de la capilla Sixtina y convertirlo en un lugar de culto, para no pagar IBI? Y
lo que es más importante aún, ¿en qué se
gastan ustedes la nada “desdeñable” cantidad de 13 millones de Euros, mensuales
que reciben del Estado Español? Está claro que en Cáritas no…tal vez en
pegarse la vida padre a costa de los males ajenos. Querido “Monseñor” tal y
como dijo Eduardo Galeano “La caridad es humillante porque se ejerce verticalmente y desde
arriba; la solidaridad es horizontal e implica respeto mutuo”, respeto y no soberbia, es lo que debería predicar usted. Se
autoproclaman “ministros del Señor”, en su caso como en muchos otros, el “hábito
no hace al monje” y bajo sus faldones no hay más que pederastas disfrazados con
alzacuellos y “entrañables” monjitas que lo mismo te hacen una yema de Santa
Teresa que te “roban” un niño en cuánto se descuida la parturienta.